La receta

Sinceramente no había probado el bacalao al pil pil hasta que pisé Bilbao. En uno de mis primeros viajes pude probarlo en un restaurante y esa salsa con base de aceite me cautivó al momento.

Hasta ahora no lo había hecho nunca, sólo a la gallega, este que estáis viendo es mi primer bacalao al pil pil, así que los entendidos ya podéis empezar a sacarle fallos. He seguido las indicaciones de mi suegra, y debo decir que tenía un miedo atroz a la salsa, pero mi catador particular me dio el aprobado con nota.

Sobre este plato parece que hay cierta controversia, que si la piel hacia arriba, que si hacia abajo, que si como se presenta…Como so decía he seguido las instrucciones de mi suegra y me ha encantado, así que no me importa mucho cual es la realidad ya que creo que el buen resultado está en la buena calidad del bacalao y la gelatina que éste suelte para que luego la salsa ligue perfectamente.

Así que visto que la cosa no era tan complicada como me parecía, os quiero animar a todos a intentarlo, ya que es un plato que merece mucho la pena. Se puede servir perfectamente como segundo plato en estas Fiestas y por eso os lo quería enseñar, y mi forma de hacerlo.

Por supuesto no cabe decir que la calidad del bacalao y del aceite es imprescindible, ya que son los dos ingredientes principales del plato, y casi únicos. Para hacer bacalao al pil pil necesitamos muy pocas cosas: Bacalao, aceite, ajos y guindilla si se desea. Elegiremos preferentemente partes con pocas espinas, si indicamos al pescadero que es para pil pil nos dará la mejor parte. De todos modos si tiene alguna siempre podemos sacarla sin dificultad.

El bacalao que debemos utilizar es salado, aunque hay tiendas que hacen el proceso y te lo dan listo, en mi caso prefiero comprarlo así y hacer el desalado en casa. Según el grosor de las tajadas de bacalao necesitará más o menos cambios de agua, aunque no suelo hacer nunca menos de 3. Para desalar bacalao pondremos las tajadas con la piel hacia arriba en un recipiente hondo y amplio lleno de agua fresca. Debemos cambiar el agua cada 12 horas, vaciando por completo el recipiente y sacando las tajadas, ya que puede quedar sal en el fondo, lo que impedirá que se haga bien el proceso.

Volvemos a llenar de agua, y ponemos el bacalao de nuevo. Siempre ha de estar en un lugar fresco y si es verano, lo meteremos en la nevera. Haremos 3 cambios de agua y probaremos un poco de la misma, a ver qué tal está de sal. Si vemos que aún le falta, haremos un cuarto cambio de agua; si no, utilizaremos ya el bacalao.

Disfrutad del plato.